sábado

 

EL ASCENDENTE / DESCENDENTE, MC. / FC. Y LA CASA SIETE




Cantad y bailad juntos y sed alegres, pero cada cual deje al otro estar solo justo como están solas las cuerdas del laúd, aunque se estremecen con la misma música.

Jalil Gibrán




Es necesario tener en cuenta la importancia que tiene que la persona sea consciente de su aportación  al éxito o al fracaso de sus relaciones, mediante el descubrimiento de su propia personalidad.  Si tenemos presente esto, solamente se podrá juzgar la relación entre dos personas cuando se haya examinado a fondo la carta de cada uno.

El ascendente es el punto más personal y más sensible de la carta.  La casa primera, que sigue al grado del ascendente, describe la forma en que nos presentamos ante el mundo; representa nuestra máscara –nuestra persona– . Justo enfrente, está el descendente, que del mismo modo indica el comienzo de la casa siete. Esta describe cómo experimentamos a las otras personas y qué es lo que esperamos (a menudo inconscientemente) y recibimos en nuestras relaciones.  También se conoce esta casa como la de los enemigos abiertos y, como tal, muestra las trampas que nos ponemos a nosotros mismos en lo que esperamos de nuestras relaciones y en nuestra forma de contribuir en ellas.
Sin embargo, cometemos un gran error si suponemos que la casa siete de la carta natal indica únicamente el efecto de otras personas sobre el individuo.  El horóscopo describe la totalidad de cada persona y todo, incluidos todas las casas y todos los planetas, refleja facetas de la vida interior y exterior de la persona.  El objetivo de la persona individual debe ser integrar armoniosamente todos sus aspectos.  Como la casa siete se refiere específicamente a las relaciones de persona a persona, este ámbito ofrece la oportunidad de traer a la conciencia facetas de nuestra personalidad que de otro modo quedarían ocultas y de unirlas entre sí.
Evidentemente, es terriblemente difícil ser consciente de todo lo que somos y las energías inconscientes se proyectan sobre los otros con demasiada frecuencia.  Como el Descendente y la casa siete están en oposición a la esfera de mayor conciencia de sí mismo (Ascendente), pero sin representar exactamente el punto más bajo, este ámbito suele estar en su punto para todo tipo de proyecciones.
A veces, la pareja está vivamente retratada por la casa siete (siendo el signo del Descendente el mismo que el signo solar de la pareja, y posiblemente incluso en conjunción con el Sol mismo).  Pero, por ejemplo, si en la casa siete está Urano, y la persona está casada, pero ni con un Acuariano ni con una persona muy uraniana, esta posición estará expresando la necesidad que tiene el individuo de libertad en sus relaciones y la probabilidad de que su pareja sea un espíritu libre.
La combinación de planetas en la casa siete y el signo o los signos que ocupan describen la cualidad de las relaciones que buscamos y las personas que atraeremos para poder experimentar las potencialidades así perfiladas.  Los aspectos a esos planetas indican la facilidad o la dificultad para relacionarse con los demás para conseguir armonía y plenitud en las relaciones de pareja.  A veces, no hay ningún planeta en la casa siete, lo cual no significa que el individuo no tenga relaciones ni que carezcan de importancia para él.  En este caso, para explorar esa esfera, hemos de mirar la posición del regente del signo que está en la cúspide de la casa siete y sus aspectos.
Aunque, tradicionalmente, la casa siete es la esfera que se ocupa de las relaciones de persona a persona, la casa ocho también juega un papel aquí.  Esta casa, en cuanto continuación de la siete y opuesta a la casa dos, indica lo que recibimos de las relaciones.  También tiene una estrecha relación con lo sexual (algo que suele experimentar el matrimonio).  Los planetas en casa ocho pueden ser muy reveladores cuando se trata de las relaciones y hay que tenerlos muy en cuenta.  En realidad, un planeta en la casa 8 puede servir de guía en cuestión de relaciones, cuando no hay ninguno en la casa siete.

El punto del ascendente y el del Descendente tienen una importancia capital en la comparación de cartas.  Los planetas de una persona que están en contacto con el Ascendente o el Descendente de otra carta, se centran en la parte más sensible y más personal del individuo.  Si no hay ningún contacto con el Ascendente o Descendente de uno o de los dos, la relación no irá muy lejos ni será muy significativa.
Otra buena indicación de una relación importante es cuando hay interacción entre los ejes MC/FC  y Asc./Desc. de una pareja, de forma que el eje Ascendente / Descendente de uno refleja (intercambiándolo) el eje MC / FC del otro.
Los ángulos que forman la cruz sobre cuyo eje gira el círculo del horóscopo son de una importancia extrema en sinastría; si estos puntos no están implicados en la comparación de las cartas, esta relación no tendrá un significado profundo para sus miembros.


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